sábado, octubre 20, 2012

¿Pero quien ha pedido un Palacio de la Ópera en Valencia? (Palau de les Arts)










OCTUBRE 2012 . . . No, si ya lo decía yo

Os invito a leer el post de octubre de hace cinco años que viene a continuación, me ratifico en mis previsiones y el artículo de El País que podeis consultar pulsando la URL siguiente confirma que se están cumpliendo:

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/17/actualidad/1350502769_344178.html


OCTUBRE 2007 . . . apuntaba

Sinceramente, a alguien de esta tierra le interesa la ópera? . . . seguro que si, y además entre los amantes de la MÚSICA es reconocido su valor cultural y artístico, Valencia es tierra de grandes profesionales y de buenos degustadores de la música culta, y merecen consideración los incondicionales de esta variante musical … ¿la cuestión és . . . justifica el dar satisfacción a éste grupo de ciudadanos entendidos la inversión realizada y el gasto que conllevará? . . . porque además de los cientos de millones de euros que ha costado el local deberemos añadir cifras millonarias en gasto corriente y programación, y esto cuando parece que los ingresos por abonos, publicidad, taquilla, etc. no darán ni para pagar la electricidad que consuma semejante mastodonte.
Claro que és otro mas de los maravillosos edificios de Santiago Calatrava, perfectamente integrado en la Ciutat de les Arts i les Ciencies, y ello conlleva un atractivo turístico de primer grado además de aportar un notable (beneficio) intangible a la ciudad, vale, el contenedor estupendo (con matices ... menudo tocho!) . . . pero el contenido que?, y para quien?.
Enormes salas capaces de albergar miles de espectadores por sesión (de ópera?, de música?, presentaciones falleras?), cuando en la ciudad ya existen otros dos lugares que recuerde -el Palau de la Música y el Palau de Congresos- con unos índices de ocupación muy pequeños y también con grandes salas (vacías casi siempre), a los que va a dejar casi sin contenido ni razon de ser, especialmente al primero. Se habla además de crear una orquesta sinfónica para instrumentar los eventos operísticos (100 ó 200 profesores), el equipamiento escénico va a ser tecnológicamente de lo mas avanzado (precisará de unos … 100 técnicos especializados), y el resto de la nomina de ordenanzas, auxiliares, técnicos de mantenimiento, administrativos, seguridad y "asesores", deberá estar en consonancia con la dimensión del edificio.
Y el programa . . . estos días se inaugura oficialmente la cosa (entrada grátis total) por tercera y esperemos que definitiva vez (los fastos esta vez nos han costado casi 3 millones de euros) pero a finales de mes se cierra para ajustar la acústica y otras chapucillas sin importancia hasta octubre del año próximo en que vendrá un afamado director a inaugurar de verdad, no sé si ópera o conciertos, después vendrá otro afamado director y así . . . y de la temporada regular ni se sabe, hablan de ópera popular (zarzuelas?), de ópera sofisticada, y de ópera muy sofisticada (miedo me dan!), pero nada claro cuando además la programación operística de calidad se cierra con años de antelación.
Tiendo a pensar si no será el auténtico (e inconfesable) objetivo de este proyecto el crear un lugar y un entorno adonde llevar en ocasiones –algunos políticos y cierta burguesía conservadora- a sus “respectivas” a lucir los abrigos de piel y demás prendas de alta costura (y también coste). Claro que (alegan) hay “muchos” valencianos abonados al Liceo de Barcelona y al Teatro Real de Madrid y seguramente con esto también se les desea evitar tan fastidioso desplazamiento.
Total . . . para el bolsillo del contribuyente, vengan los dineros de Madrid o de donde vengan, la bagatela de . . . además de los 250 milloncetes iniciales (lo mismo que el Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona juntos), unos 40 o 50 millones de euros por año, esto es lo que nos costará a todos el que algunos "valencianos" puedan soñar con que están en Viena o en Salzburgo.
¿Madrid y Barcelona no tienen ópera? . . . nosotros aún no, pero ya tenemos el coliseo operístico más grande del mundo (o casi) y más caro, y claro, ante semejante oferta los valencianos ya no tendremos excusa para decir que no vamos a la ópera porque en la C.V. hay poco de eso. Claro que ello ha conllevado un recorte presupuestario para las otras ramas de la Cultura del orden del 20 % para 2006, es decir para el teatro, el cine, la "otra" musica, o el arte moderno. La tarta no da para todos y por lo visto la ópera está de moda (o acaso los actos mediáticos fastuosos?).
Y lo grave del tema es que este proyecto sustituye aquel otro de la Torre de Telecomunicaciones que pretendía situarnos en el mundo del progreso y los negocios del futuro, proyecto que además generaba beneficios económicos y contribuía al sostenimiento de la Ciutat de les Arts i les Ciencies. Hemos cambiado Internet (total, en València las cifras de internautas son casi tercermundistas) y lo digital por el "regreso" a Don Giovanni y La Bohème. Dos pasos atrás, presumiblemente ruinosos además.