lunes, septiembre 17, 2007

TOM "gospelut"

Me gustaría presentaros a todo un personaje, Tom es un perrillo mestizo que vivía en la plaza donde reside el organismo en que trabajé muchos años (Quart de Poblet), vivía con una pareja de ancianos semi indigentes que tenían allí una planta baja (antiguo kiosco), y por cosas de la vida acabó en casa como uno más.
Hace unos años y a la salida del trabajo, como amigo de los animales que soy, observé un cachorrillo de apenas unos meses jugando con unos niños, blanco, muy peludo y simpático. Con el paso de los meses fue creciendo al amparo de la casa de “el piru” (su primer dueño), persona de carácter violento y aficionado a la bebida, muy conocido por aquellos lares. Era un animal independiente, dominante y altivo a pesar de su poca talla, líder entre los perros del contorno y muy apreciado por las vendedoras del mercado que hay en la plaza, que lo alimentaban cuando lo descuidaba “el piru” (con frecuencia). Nunca hasta que lo adoptamos había llevado collar ni correa ni pasado revisión veterinaria, únicamente lo lavaban cuando el camión de la limpieza pública que riega la calle en verano le pasaba la manguera sujetado en alto por “el piru”.
Un día de primeros de enero, llovía aguanieve, al entrar de buena mañana al trabajo observé al animalillo enroscado en una esquina de la plaza totalmente empapado y temblando, como soy compasivo me acerqué a acariciarlo y me dije . . . "el piru" se ha olvidado del perrillo en una de sus fiestas y lo ha dejado fuera de la casa . . . en eso un conocido al ver que observaba al perro se acercó y me dijo . . . “¿lo quieres?, está abandonado, ha fallecido la abuela y al “piru” lo han ingresado en un sanatorio, hemos avisado ya para que lo recoja los servicios municipales. . .”
Por esos días (Navidad) mis hijos que entonces tenían 7 y 18 años me habían comentado que les gustaría tener una mascota en casa, que como la terraza de casa es grande podría vivir con nosotros y jugaríamos con él. Yo, que conozco algo de animales sabía lo que aquello quería decir . . . “papá, consigue una mascota para jugar nosotros, y tú te encargas de cuidarlo”.
Al salir ese día hacia el almuerzo con los compañeros, al ver que el perrillo aun estaba en el mismo rincón le silbé e hice gesto de que se viniera con nosotros, se levantó, se desperezó y lentamente se puso a nuestro lado, llegamos al bar donde almorzamos y el animal se quedó en la puerta todo el tiempo, y al regreso, sólo al ver a otro perro seguramente conocido se separó de nosotros, a mi me hizo gracia su comportamiento tranquilo y amable, y me olvidé de él. Esa misma mañana me comunicaron que ya había pasado la perrera y se lo habían llevado, y que si estaba interesado en adoptarlo se podía llamar al centro de recogida de animales y retrasar su sacrificio mientras se tomaba la decisión, lo pensé, y sin compromiso dije que el sábado siguiente iría al lugar donde estaba con mis hijos.
Me comentaron que “el piru” intentó varias veces abandonarlo a su suerte lejos del lugar, cuentan que se fue a un pueblo distante entre las huertas unos diez kilómetros y le dio un esquinazo para perderlo, pero el animalillo aparecía de nuevo por casa varios días después. Cuentan que a veces “el piru” se lo llevaba de compañero de juergas, y alguna vez había llamado la policía de algún pueblo de los alrededores pidiendo razón de un hombre que decía ser de allí, y un perro, los dos muy borrachos… “el piru” y Tom.
Bueno, ese fin de semana fuimos al centro de acogida (casi convencido de adoptarlo después de mucha reflexión) y con él regresamos, le llevamos inmediatamente a lavar y desparasitar (estaba en un estado físico lamentable), tramitamos su documentación y le pusimos las vacunas pertinentes y un chip.
Konrad Lorentz, en su libro “Y el hombre encontró al perro” cita que a su entender algo importante en estas criaturas es que sean valienten, que no tenga miedos, porque estos animales luego en casa son seres tranquilos, discretos y cariñosos con todos, y he podido comprobar que es cierto, Tom lo es, mis vecinos dicen de él que es el chucho mas flamenco del barrio. Lo sacamos “de paseo” dos o tres veces al día, mi hijo mayor o yo, una hora o así en total, le damos su ración de galletas para perros diaria, y el resto del tiempo simplemente hace compañía o dormita, y solo juega si alguien se lo sugiere, nunca demanda nada a destiempo, siquiera comida, y nunca se acerca cuando estamos en la mesa, las visitas y los niños no tienen nada que temer, un encanto de animal. Y que decir de esas miradas de admiración y gratitud que nos regala a mí y a mis hijos cada ocasión, de esa lealtad total que nos profesa, de su sincera alegría cuando regresamos a casa . . .


[27/04/2008]
Ayer, un precioso sábado del mes de abril nos dejó Tom, aquejado de una dolencia inesperada y fulminante, su desoladora ausencia me trae los mejores recuerdos de su estancia a nuestro lado, y la sensación de que estos años gozando de su compañía ha sido un auténtico privilegio. Adiós mi buen, leal, afectuoso e irrepetible amigo ... adeu pelut!

Y en su memoria me gustaría citar el poema que compuso Lord Byron para la tumba de su estimada mascota, un Terranova llamado «Boatswain», que define magistralmente a estas criaturas, y que vale igualmente para Tom, para estos seres que siempre dieron mucho mas que recibieron :

Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A uno le puede molestar que un perro lleve su nombre salvo cuando se para a reflexionar sobre la naturaleza humana y sobre la canina. Yo sólo tuve el privilegio de contar con un compañero así en mi más tierna infancia, pero mis recuerdos son de una abrumadora ternura. Cuentas una hermosa historia que muy bien podía haber empezado con las famosas palabras de Humphrey "este puede ser el principio de una bonita amistad"...

Anónimo dijo...

Preciosa historia que nos recuerda que un "animal" de compañía es mucho más que un perro bonito, de tal raza y con pedigri, hay gente que hace criar a sus animales por dinero, nos olvidamos de que un animal lo único que necesita es ser querido venga de dónde venga.

Bonito ejemplo de humanidad.