jueves, marzo 04, 2010

Las plantas desalinizadoras de agua marina y la demagogia

Escuchando esta tarde la radio (La Ventana, SER), me llamaron la atención unas afirmaciones realizadas por el cabeza de lista popular a las próximas elecciones por mi “provincia” – Sr. González Pons- respecto a los terribles males que la desalinización del agua marina aportará al medio ambiente, y esto dicho por el que ha sido hasta hace bien poco Conseller de Medio Ambiente en mi región no deja de tener gracia, o mas bien poca, porque a mi entender mas bien rozan la mala fe o la demagogia pura y dura. Me gustaría comentarlas
El Sr. Pons afirmaba que el agua que proviene de las desalinizadoras no es útil para el regadío, que los naranjos valencianos se secarían o enfermarían de ser regados con esta agua, y yo pienso . . . pero si se puede incluso beber . . . ¿o es que esos naranjos que cita el mencionado Sr. no resisten el agua potable en su riego?, seguramente el estado actual de la tecnología –y ya pasa con el agua proveniente de las depuradoras urbanas, apta para el riego con el adecuado tratamiento- permite asegurar una calidad perfecta para el uso que mencionamos. Lo que seguramente ocurre és que la desalinización del agua comporta un incremento en el coste económico del recurso que no se quiere asumir, posiblemente un incremento importante de su precio final, pero el mercado es el mercado –¿no son liberales en lo económico?- e igual hay que ir pensando en como asumir este precio, porque agua mucha y barata –como hasta ahora- ya no vamos a beber.
La otra afirmación demagógica fue respecto a los problemas medio ambientales (prácticamente su defunción, afirman los exagerados) que el vertido de salmuera producirá en nuestro ya excesivamente salado mar mediterráneo, especialmente en las praderas de Posidonia. Es cierto que nuestro pobre y estimado mar mediterráneo entre otros problemas tiene el de su excesiva salinidad, por ser un mar casi cerrado, pero con la desalinización al fin y al cabo se devuelve al mar la sal que ya contenía –no hay adición extra-, y los otros productos químicos que intervienen en el proceso pueden ser previamente tratados antes de su vertido, pero es que además se puede verter la salmuera a muchos kilómetros de la costa donde sus posibles efectos negativos debido a la dinámica de las corrientes se disuelven en la inmensidad del volumen de agua contenida en el mar, sin problemas mayores.
Y las praderas de Posidonia . . . esas maravillosas plantas (no algas) que constituyen un eslabón ecológico tan importante sabemos que solo viven en la costa , en aguas limpias y poco profundas, es decir colonizan apenas unos cientos de metros mar adentro y como necesitan mucha luz sólo las encontramos en aguas poco profundas. Recordamos que los vertidos de salmuera se pueden llevar a muchos kilómetros de distancia y a profundidades considerables, y también que existen procesados de la salmuera –previos a su vertido- que como decimos minimizan sus efectos medioambientales hasta hacerlos asumibles ecológicamente.
Mayor es el problema para las praderas de Posidonia el que supone los usos turísticos de la costa, la aglomeración urbana, los vertidos incontrolados, las embarcaciones y la pesca abusiva y desconsiderada; pero para un Sr. que ha sido Conseller de Medio Ambiente esto es anecdótico y no es motivo de preocupación, la cuestión es impedir las estaciones desalinizadoras a cualquier precio, con argumentos gruesos y demagógicos.
Por supuesto y por mucho que lo intentemos (sic) nunca será la resultante de la desalinización un agua equiparable a la de un manantial pirenaico, pero … ni aporta problemas con el riego de los naranjos (pregunten a los israelitas), ni con la Posidonia, ni con los habitantes de otras regiones a las que se les demanda el elemento y que son conscientes de que debido al estado de las infraestructuras de regadío locales por estos pagos, y a los riegos inadecuados, uno de cada cuatro litros de agua que usamos se desperdicia, y que sólo con ser mas meticulosos y exigentes en su uso . . . ya no habría casi problema.
El problema és la demagogia que asoma, el uso como chivo expiatorio que se quiere hacer del problema que la carencia de agua y el cambio climático nos vaticina, la falta de sentido común que parece va a implantarse al respecto, y que las declaraciones del Sr. Pons ponen de manifiesto, trasvase del Ebro a cualquier precio y sin alternativa, sin sentido.
Y en otro sentido otro posible problema, la implantación de desaladoras como solución al desarrollo urbanístico insostenible basado en proveer agua potable a urbanizaciones y campos de golf en zonas carentes del recurso, y que puede llegar a suponer un coste inasumible y añadir problemas a la gestión del territorio, y especialmente a los entes territoriales (Ayuntamientos) que asuman participar en su financiación.
Desaladoras sí, pero unidas a proyectos productivos y a un desarrollo urbanístico sostenible, complementarias del buen uso de los recursos naturales existentes, y su gestión eficiente.

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